El recreo es ese intermedio, que se realiza en medio de la jornada escolar, en la que los niños tienen un descanso de un tiempo establecido. La cuestión, que quiero plantear a través de este aporte, es si en ese descanso, ¿se debe dejar que los niños jueguen al fútbol, o por el contrario, no dar balones de este deporte?
A favor de la primera opción, encontramos, que la mayoría de los niños y cada vez más niñas, son seguidores de este deporte y lo practican ampliamente.
En contra, o a favor de la segunda opción, tengo que decir, que cuando se practica fútbol en el patio del colegio, se está hipotecando un gran espacio, dejando sin ellos o limitando a los demás que no lo practican. Además de esto, también sería conveniente que los niños no jugasen siempre a lo mismo, ya que su desarrollo de la originalidad se ve acortado. Otro punto en contra de que se juegue al fútbol, es el peligro que corren aquellos que no están pendientes del mismo.
Me gustaría decir, que el recreo, debería ser algo más, que el intermedio en el que se va a jugar al fútbol. Este breve espacio de tiempo, se podría utilizar con otros fines si nos lo planteamos con seriedad. Trabajar una serie de actividades, que sirvan de descanso y relajación para el niño, pero que a su vez permitan desarrollar sus potencialidades.
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