Adquirir hábitos saludables es una tarea ampliamente más liviana si se hace desde edades tempranas. La importancia que tiene propiciar que los niños tengan unas costumbres sanas, tanto en lo que se refiere a la actividad física como a la salud e higiene, tiene una vital importancia para su correcto y firme desarrollo posterior.
Es por todo esto por lo que nosotros como maestros de Educación Física tenemos un papel muy importante. Pero tampoco debemos olvidar la acción que llevan a cabo los padres (la más importante), ni la que pueden ofrecer otros colectivos cercanos al niño. Es ahí dónde quiero llegar.
Hace unos años, ante el problema, cada vez mayor del "botellón", en el que no solo cada vez había más jóvenes sino que cada vez los asistentes tenían menos edad, se establecieron una serie de medidas preventivas y/o reductoras. Unas de ella era facilitar centros a los que los jóvenes acudiesen sustituyendo el "botellón". Y entre estos nos encontrábamos con que los polideportivos y pistas municipales permanecerían abiertas por las noches.
A día de hoy, sigue siendo un proyecto, aún habiendo pasado años, además de que en algunos lugares, los recintos habilitados para practicar actividad física tienen un mantenimiento mediocre apuntando a funesto. Nos encontramos con que a ciertas horas, en las que no se disponen de las condiciones más apropiadas, la posibilidad de hacer unos simples ejercicios, que nos ayudarían a estar más saludables, queda cerrada. Simplemente para ahorrar. Algo que se está pagando con dinero de los contribuyentes está fuera del alcance de estos, por razones que se desconocen.
Es por todo esto, por lo que quería lanzar este tema al aire, y mandar un saludo a todos los operarios municipales que con su ingente labor, promocionan la actividad física tanto como el que más. También mandar un abrazo a aquellos que desde los atriles prometieron una serie de medidas, sabiendo que por entonces siquiera se cumplía lo más simple. ¡Va por ellos!
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